Que la ciudadania decida, si deben abrir archivos para que se investigue toda la corrupcion del pasado.
Estoy completamente seguro que la mayoria de los Mexicanos lo aprobaran!
Todos debemos de poner nuestro granito de arena para rescatar de la suciedad a nuestro Mexico y evitar que siga siendo saqueado por la corrupcion. COMPARTAN
Amalia, Josefina, Julia y Carmen, Hijas de Don Luis Equihua y Soledad Equihua conocidas por su gran sencillez, humildad y su amor por la música, famosas por varios vídeos que circulan en las diferentes plataformas sociales en internet, donde nos regalan con su voz la fuerza de mujeres llenas de vida, alegría y mucho que contar.
Don Luis su padre era un hombre de esos Recios, de los que agarraban las notas musicales en su boca y las convertían en idilios de sentimiento, al empezar a clarear el día salía a trabajar el campo, morral en mano y con pies descalzos, se hacía acompañar de doña Soledad, La mujer de su vida, a la que siempre le cantaba la linda canción que dice “china cuando tú te peines no revientes los cabellos, pésalos en oro y plata que yo soy dueño de ellos”.
Era tan limpia esa devoción al amor, que las jilguerillas, rápidamente se ganarían el respeto, cariño, ternura y bondades de la gente de las Paredes, de Paso Ancho, el Limoncito, Santa Ana, el Cinco, Buenavista, Pareo y Tancitaro, ya que eran las voces predilectas para cantar en las fiestas de estas poblaciones.
Se convirtieron en mujeres fuertes, valiosas, cada arruga en su rostro hoy, es señal de su grandeza, trabajan la tierra como pocas, viven con ella, la siembran, la respiran, cuando el cuerpo les pasa factura con dolor, enfermedad o malestar las semillas, raíces y flores son el alivio perfecto a su alma, pisar tras los pasos de sus padres, despertar antes que el sol, vivir su jornada con amor y alegría es la dosis perfecta a su alma.
Un toque de magia teje cada alborada su cabello, sus mulas, las cómplices perfectas para su valentía, que cuando las montan lo hacen como una jilguerilla, sin albarda, sin titubeos y mostrándole con orgullo a su entorno, que quien mueve la rienda es una mujer.
Su voz y su imagen han recorrido las redes sociales, muchos son los que las hemos visto, escuchado y platicado con ellas, las jilguerillas tienen un sueño, conocer Roma, aunque como ellas mismas lo dicen, Sabrá Dios donde es?, y qué difícil es llegar.